"Aquellas
tareas de exhumación parecieron marchar a buen ritmo desde su inicio
hasta su finalización, pese a que la decisión de trasladar el
camposanto a las afueras de la ciudad, con motivo del nuevo plan
urbanístico, hubo dejado dividida a toda la población. Muchas
fueron las protestas y manifestaciones por parte de un numeroso grupo
de vecinos contrarios a la decisión adoptada por el consistorio.
Cuentan, que éstos llegaron a radicalizarse, en más de una
ocasión, para impedir que fueran desenterrados sus muertos y
llevados al nuevo cementerio, mientras que otros en cambio,
aprovecharon la coyuntura para hacer negocios vendiendo sus panteones
y nichos en propiedad, enviando a sus antepasados a reposar en un
osario común sin mayor miramiento.
La
decisión, por otra parte, también desató todo tipo de discusiones
entre familias y vecinos, y con ellas volvieron a aflorar rencillas
añejas y enterradas por el paso del tiempo, así como corrieron todo
tipo de chismorreos filtrados por parte de los funcionarios y
familiares tras realizarse la totalidad de las exhumaciones.
Algunos
de estos chismes quedaron en meras anécdotas del momento, pero en
cambio otros perduraron en el tiempo e incluso hubo uno entre todos
ellos que llegó a convertirse en toda una leyenda. Una leyenda que
parece arrastrar consigo una maldición. Una maldición, que hasta a
la fecha no se ha podido descifrar ni aclarar, pero que viene
azotando a la localidad sistemáticamente sin que nadie pueda hacer
nada por detenerla. “La maldición de la sombra del camposanto”.
Cuentan
los más ancianos del lugar queriendo justificar lo misterioso del
asunto, y sin miedo ya a nada viendo cercana sus muertes, qué
durante las obras realizadas en aquél viejo camposanto, hoy
reconvertido en céntricas zonas verdes cercanas a la Iglesia, los
sepultureros se negaron a desenterrar los restos de una fosa en
concreto. La sepultura que daba cobijo a un asesino de niñas
ajusticiado a garrote vil, y cuya familia antes de tener que
abandonar el pueblo, maldijo a toda la población advirtiéndola de
que algún día la sombra de aquél homicida volvería a planear por
la población, arrancando nuevos dolores a su paso.
Dicen,
qué entonces el alcalde con paso firme se abrió paso entre los allí
congregados y pala en mano comenzó a cumplir el mismo con la tarea
encomendada, intentando arrastrar con su gesto de todo tipo de
supersticiones y de fantasmas, pero dicen también, qué al apartar
los restos del podrido ataúd quedó al descubierto el cuerpo
incorrupto de aquél malhechor para sorpresa de todos los allí
presentes, que huyeron despavoridos. Cuentan, qué una nube de
polvo negro sobrevoló en aquellos momentos por encima de sus cabezas
y terminó por perderse en el horizonte.
A
continuación se acrecentaron los problemas para el regidor a cuenta
de la decisión que habría que tomar con el cadáver. Nadie había
ya de la familia del asesino para tomar una decisión. Todos los
vecinos se negaban a que fuera enterrado en el nuevo cementerio cerca
de alguno de sus familiares, y debido a su estado resultaba inviable
echar sus restos al interior de una fosa común, que tampoco admitía
ser compartida con el asesino.
Pues
bien, en el nuevo cementerio, en un lugar apartado del resto de
difuntos, se procedió a su nuevo enterramiento, pero
rocambolescamente , después de las sucesivas ampliaciones acometidas
con el paso de los años, la tumba del asesino volvió a quedar
ubicada en un lugar privilegiado por el que la mayoría de personas
que acuden a día de hoy al camposanto tienen que atravesar.
Numerosos
son los testimonios de vecinos que han transitado en solitario por el
lugar, qué aseguran haber escuchado gritos enmudecidos de niñas y
visto fugazmente perderse por las inmediaciones de la sepultura del
asesino una sombra negra polvorienta, así como muchas la
coincidencias con muertes de jóvenes cercanas a éstos testigos
pocos días más tarde.
Nadie,
desde hace años visita el camposanto sin ir acompañado de otras
personas. Ninguna otra corporación municipal se ha decidido a
involucrarse en erradicar aquella superstición, ni decidido a volver
a cambiar la sepultura de lugar. Nadie, incluidos los funcionarios
que tienen dicho deber, se acerca a adecentar aquella sepultura
olvidada, y absolutamente nadie del lugar gusta hablar de aquellos
acontecimientos acontecidos durante décadas. Quizás las leyendas
sean eso tan solo leyendas, pero sepan por si acaso que existen
sombras escondidas que permanecen al acecho."
FIN
7 comentarios:
No se debe molestar a los del más aya, sean buenos o malos, siempre se tomaran la revancha, espeluznante la historia que compartes Tomás.
Muchas gracias por no faltar a tu cita como cada año por estas fechas.
ME ENCANTAAAAAAAAAAA¡¡¡¡¡¡
Un Baccio.
Pd. progresas adecuadamente.
las leyendas siempre tienen algun fundamento, y la mala gente se lleva su maldad hasta su ultima morada
es mejor dejarlos estar, puaf, muy bueno Tomas , echo de menos tus relatos ,un abrazo
Espeluznante! Yo tambien creo que
hay algo de verdad en las leyendas,cuando el rio suena..Me a gustado mucho el relato y que bien volver a leerte por aqui.
Me encanta este tipo de relatos.Muy espeluznante,como dice Mary a los difuntos mejor no molestarles puede traer consecuencias.un beso
Gracias, gracias y gracias, para mi si que es un placer el saber que siempre estáis ahí. Muchos besos
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